
De Sangüesa dicen que tiene un monumento en cada calle. El mayor tesoro que descubrimos fue la Iglesia de Santa María la Real (estaba cerrada) admirando su fachada y portada, monumento nacional desde 1989 y considerada una de las obras cumbres del románico de todos los tiempos y lugares. De mediana proporción y esbelta en sus líneas, esta joya románica levantada entre los siglos XII y XIII. La portada es una maravilla nos traslada al juicio final, a la Presentación de Jesús en el templo o al degüello de los inocentes, tiene algunas escenas relacionadas con relatos nórdicos que llegaron a la ciudad en boca de los peregrinos.
Pasamos a ver la Iglesia de Santiago, es otra de las construcciones de importancia histórica. Comenzó a levantarse con un estilo románico tardío y prosiguió en época gótica. El retablo plateresco(en piedra del siglo XIII) de San Eloy (siglo XVI), la estatua de piedra del Apóstol Santiago descubierta en 1965, su torre almenada y la portada románica son algunas de las joyas que alberga el edificio. Vimos solo la fachada del convento de San Francisco de Asís (en obras en su interior) fundado en 1266 en honor del santo que en su peregrinación, después de 1212 creó la primera comunidad franciscana en la antigua Sangüesa.

Antes de partir para para el pueblo de JAVIER, paramos a comer en la carretera Sangüesa a Javier en el Hotel Yamaguchi, excelente comida y atención del personal.
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